El frío produce una vasoconstricción y por ello disminuye la irrigacion de la piel. Por esta razón la piel tiene menos oxígeno y nutrientes, tendiendo a secarse. Con el sol la piel pierde directamente agua y por ello se seca. En ambas situaciones hay que extremar las medidas de hidratación oral y también la aplicación más frecuente de cremas y lociones hidratantes.
Hay varios factores que pueden provocar una deshidratación de la piel, estos pueden ser internos o externos.
Factores internos pueden ser: genéticos, algunas enfermedades, eliminación anormal de agua, algunos medicamentos, edad avanzada.
Factores externos: todo lo que aumente el frío o el calor (exposición solar, calefacción, viento), agresiones químicas, el medio ambiente, entre otros.
¿Qué podemos hacer para que nuestra piel no se deshidrate?
Para ayudar a que nuestra piel esté sana e hidratada, debemos brindarle ayuda utilizando cremas humectantes o hidratantes, dependiendo de cada persona.
Es importante recordar que la piel debe estar limpia y tonificada antes de usar la crema humectante al comenzar la rutina del día. En la noche, debemos preparar nuestra piel de la misma manera y dejar que el descanso nocturno ayude a la crema hidratante a tener un mejor efecto.
Las cremas hidratantes, ya sea de rostro o cuerpo, brindan a nuestra piel la cantidad de agua que necesita para lucir hermosa y las células puedan cumplir con sus funciones correctamente.
Cuando la piel luce una apariencia seca y marchita, se puede deber a falta de agua, una crema hidratante es ideal para recuperar su vitalidad, claro, también es importante consumir agua diariamente y llevar una alimentación equilibrada que incluya frutas, verduras, frutos secos y legumbres para potencializar los resultados de cualquier producto cosmético.
Siempre podemos consultar a profesionales para saber como se encuentra nuestra piel, llegar a un diagnóstico y brindarle lo que le puede estar faltando para lograr una piel hidratada, tersa y saludable.