Se tiene registros que durante el año de 1948 comenzó a darse a conocer su propiedad insecticida. Fue empleado su aceite para combatir al mosquito “patas blancas” como comúnmente se le conoce al Aedes aegypti, responsable de transmitir enfermedades como el dengue, el cual produce una serie de síntomas acompañados por una fiebre alta y dolores musculares.
Sus propiedades antifúngicas lo hacen muy útil para repeler de nuestro cuerpo y de los entornos donde nos encontremos, tanto a piojos como moscas, mosquitos o pulgas.
Hay que tener en cuenta diversos aspectos:
- Estamos ante un “repelente natural”, no un “exterminador de plagas”.
- Logra que este tipo de insectos se vayan, pero si nuestra mascota ya tiene pulgas no bastará solo con el aceite de citronela.