Las flores de Bach tienen sus orígenes en las investigaciones del Dr. Edward Bach con su afán de tratar las enfermedades desde lo que siente el paciente y el origen real de la enfermedad, no sólo prestando atención a los síntomas y signos.
Gracias a sus investigaciones, llegó a contactar con las teorías de Hahnemann, quien fue el fundador de la homeopatía. Él fue quien reconoció la importancia de la personalidad en la enfermedad 150 años antes que Bach.
El Dr. Bach, debido a experiencias personales de salud y a su intuición, también creía que la personalidad y la actitud tienen un efecto sobre el estado de salud de las personas. Él, siendo bacteriólogo, quería indagar y buscó en las plantas poderes curativos similares a las bacterias.
Se dedicó a viajar, investigar, preparar y probar preparados florales. Teniendo también bases en sus conocimientos como médico y cirujano.
Estando delicado de salud, Bach se encargó de difundir los conocimientos que fue recabando y fundó su centro en Mount Vernon. Dio por culminado su trabajo, una vez encontradas las 38 flores que, para él, cubrían todas las necesidades de la naturaleza humana.
Los conceptos del Dr. Edward Bach, a principios del siglo pasado fueron más filosóficos que científicos y, si bien no ofreció ninguna explicación de cómo o por qué actuaban sus remedios florales, señalaba la importancia de las frecuencias vibratorias de las flores, su energía vital y su capacidad de “armonizar” ciertos estados de ánimo y actitudes. El agua tiene memoria y por ello es que las vibraciones positivas de las flores llegan a nuestro organismo (compuesto entre 70 y 80% de agua) para ayudarnos a sanar y permanecer en equilibrio.
El Dr. Bach compartía el concepto de sanadores como Hipócrates, Paracelso y Hahnemann: todos ellos creían que la buena salud era el resultado de la armonía mental, emocional y espiritual, observaban que cuando trataban los desequilibrios psicológicos de sus pacientes las enfermedades se curaban.
El sistema de remedios florales descubierto por el Dr. Edward Bach, su desarrollo y comprensión, se amplía y extiende día a día, incorporando las bondades de todas las flores del mundo para beneficio de la humanidad. Además de él, otras personas han investigado y profundizado en las flores hasta llegar a desarrollar los sistemas de California y Bush, que han tenido en cuenta la evolución de la humanidad y cuestiones que no se daban en el 1900.
Hoy en día, la Organización Mundial de la Salud aprueba el sistema de flores como una terapia alternativa. Si bien, los profesionales de la medicina han admitido que gran cantidad de enfermedades tienen origen en el estrés, siguen prestando poca atención a los estados emocionales como responsables de la enfermedad.
El estrés e
. Por eso se trata de una terapia holística, en la cual la persona debe tener constancia y estar en contacto consigo misma, detectando cómo se siente para llegar a la raíz, a medida que vamos profundizando en el tratamiento.
Una de las ventajas de esta terapia es que no tiene contraindicaciones o efectos adversos, puede ser acompañada con otros tratamientos, ya sean holísticos o tradicionales. La pueden consumir niños y embarazadas (en esos casos la preparación se realiza sin alcohol).
Las esencias florales nos introducen arquetipos positivos, que estimulan decisiones conscientes, así como el autoconocimiento de quien las toma.